Esto es lo que Aravena llama "construcción incremental", y hay quienes creen que esta idea –que no es nueva pero que él revivió con ímpetu–puede revolucionar el concepto de vivienda social en América Latina y el resto del mundo.
Uno de sus proyectos más elogiados de arquitectura participativa es el de Constitución, una ciudad chilena que fue destruida por el terremoto y tsunami de 2010. Allí tuvieron que construir todo: desde casas hasta edificios y espacios públicos, además de pensar cómo frenar un nuevo tsunami.
Y ademas hay algunas claves que uno puede recomendar en la instalación de los
refugios o viviendas de emergencia: tener espacios colectivos para que
un camión reparta agua, no familia por familia, sino a un conjunto de
familias; organizar una cocina comunitaria para que no sea cada familia
la que deba cocinar. Y también es útil instalar baños químicos para
grupos de familias.
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